¡Negativo!
12 de febrero de 2021
Desde que la pandemia llegó a nuestro país, nuestro estilo de vida cambió drásticamente y todos hemos tenido que adaptarnos a los constantes cambios que ha supuesto y sigue suponiendo la amenaza del coronavirus. En el Colegio Mayor Albalat se implementaron medidas desde el minuto 1: el uso de mascarillas en todas las zonas comunes de la residencia, la instalación de mamparas de metacrilato en las mesas del comedor, la limitación de los aforos en zonas como la sala de estar, el salón de actos y el comedor, la instalación de dispensadores de papel para secar las manos en todos los baños comunes, la presencia de botes de gel hidroalcohólico en todas las salas y pasillos, entre muchas otras medidas que han ido evolucionando a la vez que la situación de cada momento.
La detección temprana y el seguimiento de contactos estrechos también han formado parte del plan de medidas de seguridad. Si algún residente se ha encontrado mal o ha presentado algún síntoma de malestar físico, se le ha confinado preventivamente hasta la realización de una PCR, concretando con los contactos estrechos algunas medidas de prudencia más allá del protocolo oficial. Los que se han confinado por haber tenido contacto estrecho con un positivo, han sido cuidados con todo tipo de atenciones... bandejas de comida, entrevistas por zoom o skype, etcétera. Espontáneamente los colegiales han creado un grupo de whatsapp: "Ayuda al confitado", viva el sentido del humor. Gracias a la aplicación de medidas como estas, no ha surgido ningún brote en todo el año que llevan conviviendo los residentes del Albalat.
Para ello, cada quince días se han realizado una serie de tests de antígenos aleatorios para dar con posibles asintomáticos. Además, se ofreció a todos los colegiales la posibilidad de hacer un test antes de las vacaciones de Navidad, para conocer a fondo la realidad y evitar que se desplazase algún posible positivo. ¿Positivo? Se realizaron 59 tests, de los cuales resultaron 59 negativos.
Tras las Navidades, se retomaron los tests: 7 cada semana... de momento siempre negativos. El virus es muy pequeño y puede entrar en cualquier momento, por eso la mejor estrategia es la de las 4 lonchas de queso gruyere (que no coincidan los agujeros): que no entre (prudencia de los colegiales cuando están fuera), si entra que no se transmita (geles, mascarila, mamparas en el comedor, reducción de aforos, etc), detección temprana (temperatura, vigilancia de la salud, confianza y responsabilidad de todos, etc) y atención exquisita de los confinados preventivos y si se diera el caso, de los positivos.
Podemos llegar a la conclusión de que la vida en el Colegio Mayor durante una pandemia es totalmente posible. La clave ha sido la cooperación por parte de los universitarios que residen en el Colegio Mayor Albalat, que han luchado por respetar todas estas medidas sin dejar nunca de vivir la vida universitaria y disfrutar del buen ambiente en todo momento. Ellos, siempre motivados con las actividades solidarias, se han dado cuenta de que la solidaridad ahora comienza por evitar contagiarse y contagiar.